Próxima parada: Centro Penitenciario de Castellón

Para empezar, nueva etapa en la aventura de «Vida y Maratón, Maratón y Vida – 42,195 kilómetros de aprendizaje». Tras la fantástica experiencia en el centro de Teixeiro, hace unas semanas (https://www.vidamaraton.com/vida-y-maraton-en-c-p-teixeiro/), el próximo jueves 25 nos vamos a Castellón. Al Centro Penitenciario de Albocàsser (Castellón), o Castellón II, más concretamente (http://www.prisiones.info/centro_penitenciario/comunidad-valenciana/castellon_II_albocasser.html).

Asi, invitado por M.M., Subdirectora de Tratamiento, hablaremos de los aprendizajes y valores que es necesario poner en juego para preparar y correr una carrera exigente como es una maratón. Y que son tan útiles y necesarios, o más, para la carrera más larga que existe; la vida. Disciplina, humildad, responsabilidad, afán de superación, organización, capacidad de planificación y priorización, constancia, focalización, gestión del tiempo, ánimo de aprendizaje constante, adquisición de buenos hábitos, resiliencia, profundización en el autoconocimiento, gestión del éxito y del fracaso, toma de decisiones…

Porque, como decía la canción «I´ve got Rhythm» (https://www.youtube.com/watch?v=1eVSsxo6umo), «Who could ask for anything more?».

Entonces, aprovechando que el jueves 25 es festivo en Euskadi, volveremos a correr una maratón de más de 1.200 kilómetros, desde casa hasta Castellón, y vuelta. Casi 12 horas en coche, saldremos a las 4 am para llegar allí a las 11:00 h.

Mucha gente me pregunta que por qué hago esto. El motivo de esta aventura. Tal como explicaba poco antes de ir a Teixeiro, esto supone una experiencia extraordinaria. De las que se recuerdan siempre. ¿Cuándo se tiene la oportunidad, salvo que se delinca (y no hay intención…), de conocer una cárcel por dentro?

Pero si, además, hablando de mi experiencia, de valores y herramientas que me funcionan, soy capaz de aportar algo positivo a quién esté por la labor de mejorar, de alcanzar una mejor versión de sí misma, mejor que mejor. Éste era uno de mis objetivos cuando abordé el proyecto de «Vida y Maratón, Maratón y Vida – 42,195 kilómetros de aprendizaje».

Sin arrogancia, no me considero nadie para dar consejos, cada cual recorremos nuestro trazado en la vida, y ésta nos lo pone más o menos fácil. Hacemos lo que podemos en nuestro camino hacia la felicidad. Por eso, humildad máxima: me limitaré a hablar de aquello que a mí me ha ayudado, y me sigue ayudando. Que no es poco. No pretendo más. Ni menos.

Próxima parada: Centro Penitenciario de Castellón