Genial. ¿Sesgo del Superviviente…? Veamos…
Genial.
El libro?… Sencillamente ESPECTACULAR!!! Me encantó.
Sinceramente me ha encantado. Es más, me lo ha pillado mi pareja que no ha corrido nunca, y ha comenzado a leerlo.
Un éxito.
Gracias, J*** M***** A********
Una opinión reciente sobre «Vida y Maratón…». Y vaya opinión… Ya hice una mención, llena de agradecimiento, a las numerosas personas que en los primeros meses de la obra han tenido la amabilidad de darme su opinión (https://www.vidamaraton.com/algunas-opiniones-sobre-vida-y-maraton/).
Siguen llegando las opiniones porque el libro, paso a paso, zancada a zancada, va llegando a más y más gente. ¿Todo el mundo que ha adquirido o leído el libro me ha trasladado su opinión? Evidentemente, no. ¿He recibido alguna crítica mala? No. Todas han sido buenas, o muy buenas ¿Puede deberse eso a amabilidad, otra vez, simpatía o, sencillamente, ausencia de ganas de emitir un juicio negativo? Claro, también puede ser.
Al hilo de esto, es conocida la historia del estudio de los ingenieros que, durante la Segunda Guerra Mundial, se dedicaban a estudiar los impactos de los aviones que, aunque tocados y maltrechos, regresaban a la base.
¿Qué tiene que ver esto con cierta sensación inquietante que de cuando en cuando me pasa por la cabeza, al ver que todas las opiniones sobre «Vida y Maratón…» son favorables, y ninguna desfavorable?
Vamos a ello.
Genial. ¿Sesgo del Superviviente…? Veamos…
Copio el artículo de este interesante blog (https://blognewdeal.com/enrique-feas/el-sesgo-de-supervivencia-y-el-analisis-economico/).
«Abraham Wald fue un matemático húngaro experto en análisis estadístico y econométrico, geometría y teoría de la decisión. En 1931 se doctoró en Matemáticas por la Universidad de Viena bajo los auspicios de Karl Menger (el hijo del famoso economista), pero pese a su brillantez nunca le dejaron acceder a un puesto universitario: era judío, y el gobierno austríaco pro-nazi de entonces no lo permitía. En 1938, temiendo por su vida, emigró a Estados Unidos, aprovechando una invitación de la Comisión Cowles para la Investigación Económica (cuna de numerosos premios Nobel de Economía). Un día, en plena Segunda Guerra Mundial, recibió una visita inesperada de unos representantes del servicio de análisis del ministerio de Defensa para pedirle consejo. En la reunión le enseñaron un gráfico parecido al que encabeza esta entrada.
Según le contaron, el Centro de Análisis Naval había hecho un estudio de los daños sufridos por las aeronaves que habían regresado de misiones bélicas: los puntos rojos reflejaban los impactos recibidos, y el objetivo era blindar las zonas de mayor probabilidad de daño para reforzar la seguridad de los pilotos minimizando los efectos sobre la estabilidad y la rapidez de los aviones (derivadas del mayor peso). Los militares, que le propusieron distintas alternativas de refuerzo, se quedaron estupefactos cuando Wald les dijo que el gráfico había que interpretarlo justo al revés. En efecto, el estudio de Defensa sólo había tomado en consideración la muestra de aviones que habían sobrevivido a sus misiones, obviando todos aquellos que habían sido derribados y no habían regresado. Los agujeros del fuselaje eran por tanto zonas en las que los aviones podían permitirse recibir impactos y aun así regresar a salvo a la base, mientras que las zonas que aparecían intactas en los aviones de la muestra eran precisamente aquellas más críticas y cuyo impacto resultaba letal, por lo que eran las más susceptibles de refuerzo.
Desde entonces este problema se conoce como “sesgo de supervivencia” o “sesgo del superviviente”, un sesgo de selección derivado de considerar en un proceso sólo a las personas o elementos supervivientes, obviando la consideración de los desaparecidos por no ser observables en una muestra (que deja de ser representativa de la población) (…)»
Genial. ¿Sesgo del Superviviente…?
¿Estaré infectado del «Sesgo del Superviviente»? Espero que no.
Seguimos dando zancadas, y viviendo la experiencia.