En el Centro Penitenciario de Albocàsser

Seguimos disfrutando de la experiencia, dentro de la aventura que supone «Vida y Maratón, Maratón y Vida – 42,195 kilómetros de aprendizaje» (https://www.vidamaraton.com/).

Tras la fantástica experiencia de Teixeiro (A Coruña) (https://www.vidamaraton.com/vida-y-maraton-en-c-p-teixeiro/), esta vez me acerqué al Centro Penitenciario de Albocàsser (Castellón), invitado por María Martínez, Subdirectora de Tratamiento.

El Centro, también conocido como Castellón II, fue inaugurado en 2008. Se encuentra en un entrono rural bastante aislado, en el municipio de Albocàsser, Con una capacidad para 1.000 internos, la ocupación media suele ser de 600-700. La población reclusa incluye distintos niveles de peligrosidad y tipologías delictivas, desde delitos menores hasta delitos graves. Además, cuenta con módulos específicos para presos preventivos, penados, y aquellos que requieren medidas de mayor seguridad.

El Centro ha implementado programas de reinserción y actividades para los internos, incluyendo talleres ocupacionales, programas educativos, y actividades deportivas, buscando facilitar la reintegración a la sociedad. Es en este marco donde se ha enmarcado la charla sobre «Vida y Maratón, Maratón y Vida – 42,195 kilómetros de aprendizaje».

En el Centro Penitenciario de Albocàsser. La charla.

La sesión fue multitudinaria, asistiendo casi 100 internos (no había mujeres, esta vez). De los cuales, según me explicó María, 16 ya habían leído el libro, de modo que ya estaban metidos en contexto. Y se notó, vaya si se notó: las numerosas preguntas estuvieron muy bien formuladas, a lo largo de toda la charla, lo que estuvo muy bien, y confirió gran dinamismo a la mañana. Por ejemplo, relación entre éxito y fracaso, mis motivaciones para escribir este libro, mayores logros y decepciones en mi (modesta) trayectoria deportiva… También, motivo por el cual me acercaba al Centro, organización de los entrenamientos y de la vida, sensaciones tras terminar una maratón…

Incluso hubo preguntas francamente curiosas, a las que contesté basándome en mi experiencia. Como muestra, dieta para preparar una maratón (conté lo que como, dieta normal, aclarando que un dietista mejor puede aconsejar en este asunto), o qué prefería: correr o escribir, lo cual me hizo reflexionar.

Inicié la charla a las 11:30 h, tras la presentación de María, tocando algunos de los puntos de «Vida y Maratón…». Esencialmente, la obtención y transferencia de aprendizajes desde la maratón a otras facetas de la vida desde una perspectiva no profesional, desde las 3 ideas principales y relacionadas: felicidad, correr y maratón. A continuación, tocamos reflexiones como la importancia de entrenar la mente, hábitos, constancia, disciplina, humildad, o focalizarse en lo que se puede controlar frente a lo que no (estoicismo). También, el andamiaje de proceso que la maratón facilita para otros procesos complejos de nuestra vida: objetivo, decisión, preparación, ejecución y balance

Terminamos a las 13:00 h. con una última serie de preguntas (lo he señalado, muy numerosas e interesantes) y, como en Teixeiro, con la muestra expresa, y muy calurosa, del agradecimiento de los internos. Tanto de forma colectiva, con la ovación tributada, como personalmente, ya que muchos asistentes me saludaros y felicitaron por la charla y el libro.

Para finalizar, los responsables de los talleres de papiroflexia y carpintería me entregaron sendos recuerdos, ciertamente trabajados y bonitos.

Más experiencias de vida. Tal como reflexionaba en https://www.vidamaraton.com/proxima-parada-centro-penitenciario-de-castellon/, y como en la propia charla me preguntó un interno, ¿qué me mueve a esta iniciativa? Sencillamente, hablar de mi experiencia, de herramientas para la vida que, al menos a mí, me funcionan. Si con ello puedo aportar algo a quien quiera mejorar, el objetivo, y la recompensa están ahí. Eso quería cuando abordé el proyecto de «Vida y Maratón, Maratón y Vida – 42,195 kilómetros de aprendizaje».

Y como dije en Teixeiro y Castellón II, aquí no hay arrogancia, no me considero nadie para dar consejos. No doy lecciones, bastante tengo con saber lo que yo tengo que hacer. Meto la pata como cualquiera, aunque intento no hacerlo. Cada uno nos las apañamos como podemos en nuestro camino hacia la felicidad. Por eso, humildad máxima: sólo hablar de lo que a mí me ha ayudado, y me sigue ayudando.

Muchas gracias, de nuevo, a María y su equipo, que tan amablemente me acogieron en Castellón II. Y, por supuesto, a todos los internos que asistieron a la charla, estuvieron tan atentos, y realizaron preguntas tan interesantes.

Seguimos. Una vez más, lo digo: la carrera de la vida sigue, no se detiene.