100 libros para una isla desierta.
Si hace un tiempo reflexionábamos sobre si leer era o no divertido (https://www.vidamaraton.com/es-aburrido-leer/), ahora damos una zancada más. Pensamos en los mejores 100 libros, de ficción, que hemos leídos.
Los que, como suele decirse, nos llevaríamos a una isla desierta. Después de algo de comida, claro. Por si acaso.
Sobre decir que la elección es completamente personal.
Empezamos con los 25 primeros, y el orden es completamente aleatorio:
- LA CONJURA DE LOS NECIOS (John Kennedy Toole). Uno de los libros más divertidos que se han escrito jamás, aunque se tenga presente la triste historia de su autor. Ignatius J. Reilly, un personaje indescriptible y que no puede olvidarse. Un don Quijote en la Nueva Orleans del siglo XXI. Un amante de la teología y la geometría. Disparatado e irrepetible.
- AVENTURAS DE OLIVERIO TWIST (Charles Dickens). Dickens en estado puro: el huerfanito desamparado, los buenos empalagosamente buenos, y los malos, muy malos, y enormemente divertidos. Mucho más que los buenos que, la verdad, de tan buenos terminan siendo empalagosos. Pero a Dickens en vena se le perdona todo. No hay un libro de Historia que describa con tanta precisión la Inglaterra Victoriana, y de forma tan divertida.
- LA NARANJA MECÁNICA (Anthony Burgess). Escalofriante, el libro que originó la mítica película de Stanley Kubrick. Para conocer ambos, película y libro, cada uno con sus matices. Los interrogantes que se plantean sobre el libre albedrío y su supresión en aras de la seguridad de la sociedad siguen vigentes. Más que nunca.
- EL GATOPARDO (Giusepe Tomasi Di Lampedusa). «Cambiar todo para que nada cambie», frase memorable que tiene su origen en este libro. El retrato de una familia aristocrática de Sicilia, en la Italia de las revoluciones garibaldinas. Un mundo antiguo que sucumbe ante el nuevo. Para viajar en el tiempo con el imponente Gatopardo, el cabeza de la familia que todo lo puede, salvo detener el tiempo.
- LAS INQUIETUDES DE SHANTI ANDIA (Pío Baroja). El Baroja más vasco, marinero y aventurero, que no da tregua de inicio a fin del libro, directo y conciso en su lenguaje, y que por eso sigue siendo tan moderno de leer, alejado de las retóricas de los autores de su tiempo. Un libro que huele a mar. A navegación de altura. A travesías por mares desconocidos. A leyendas familiares, susurradas con prevención y disimulo.
- NUESTRA SEÑORA DE PARÍS (Víctor Hugo). Esmeralda la zíngara, el abate Claude Frollo y el fuego nacido en su pecho por Esmeralda y, sobre todo, su protegido Quasimodo, el horrible jorobado que habita en Notre Dame, y cuyo corazón también suspira por Esmeralda. Algunos de los personajes más famosos de la historia de la Literatura, galopando en torbellino hacia un inolvidable final.
- REBELIÓN EN LA GRANJA (George Orwell). Sátira política de uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. Un aparentemente inocente cuento sobre la insumisión de los animales de una granja es el reflejo de la primera parte del siglo, con el comunismo y el fascismo intentando dominar el mundo. Con diferentes animales representando el papel de influyentes actores de la época, en especial Stalin y Trotsky.
- CRIMEN Y CASTIGO (Fiodor Dostoievski). Probablemente, la novela psicológica por excelencia, con la morbosa y exhaustiva descripción de los procesos mentales del estudiante Raskolnikov, y el asesinato que lleva a cabo. Intenso, fascinante, conmovedor. Para sudar la gota gorda… Y contado por uno de los escritores más desequilibrados y perturbados de los que se tiene memoria.
- SANDOKÁN (Emilio Salgari). Uno de los clásicos, si no el clásico, de los libros de aventuras juveniles. Sandokán, el Tigre de Mompracem, con su inseparable y flemático Yáñez de la Gomara, plantando cara al Imperio Británico en los mares de la Malasia. Abordajes, paraos, tarwars y cimitarras, huidas por la selva, cañonazos, animales salvajes, emboscadas…, y el amor por Mariana en la continuación, «La Mujer del Pirata».
- EL HIJO DEL ACORDEONISTA (Bernardo Atxaga). Como casi todo lo que escribe Atxaga, un libro envuelto en su propia atmósfera. Nebulosa, atemporal y personalísima. Mezclando realidad e imaginación con maestría. Bello y nostálgico a partes iguales.
- EL PERFUME (Patrick Süskind). La búsqueda de la piedra filosofal de la perfumería. Otro libro que transporta en el tiempo, y con final sorprendente e inolvidable.
- UN MUNDO FELIZ (Aldoux Huxley). Distopía futurista que, habiendo pasado casi cien años desde que se escribió, cada día podemos comprobar que casi todos sus pronósticos y supuestos se han ido cumpliendo. Un libro que todo el mundo debería leer, al menos una vez en su vida. Uno de los libros más influyentes de todos los tiempos, compartiendo honor y, en parte, enfoque, con «1984». ¿Quién se atreve a ser el Salvaje…? ¿O mejor no enterarse de nada y tomar soma…?
- DAVID COPPERFIELD (Charles Dickens). ¿La novela más famosa de todos los tiempos? ¿El molde definitivo de la novela, si tal cosa existe? ¿La mejor novela de Dickens? ¿El mejor retrato de la Inglaterra del siglo XIX? ¿Algo muy profundo, inclasificable y, normal tratándose de Dickens, tremendamente divertido? Sí, todo eso, y más.
- DON QUIJOTE DE LA MANCHA (Don Quijote de la Mancha). La primera novela de la historia, según se dice. Don Quijote, el personaje más conocido de la historia de la Literatura, también se dice (no le va a la zaga su pragmático escudero, el inigualable Sancho Panza). Una crítica virulenta a los libros de caballerías. Un retrato implacable de la España de su tiempo. La obra que todo el mundo conoce y (casi) nadie ha leído. Una pena, porque es enormemente entretenida. Ahí está para quien se atreva.
- MOBY DICK (Hermann Melville). Pasaje a bordo del Pequod, un ballenero, en la Nueva Inglaterra del siglo XIX. La historia de una obsesión malsana, la del capitán Ahab, en su búsqueda incesante de su némesis, la monstruosa ballena blanca Moby Dick. Otro de los libros que (casi) nadie ha leído, aunque sí visto películas y resúmenes, y que forma parte de nuestra cultura. Y otro trágico final. También inolvidable.
- EL MAESTRO DE ESGRIMA (Arturo Pérez-Reverte). Uno de los libros del autor que engloba casi todos sus temas: el honor, las reglas, la vida, el amor… Jaime de Astarloa, el viejo maestro de esgrima que vive ateniéndose a su código de honor, se ve envuelto en una serie de sucesos que hacen tambalearse el andamiaje de sus creencias y valores. Con la aparición de un amor tardío que lo trastoca todo. Las escenas de los duelos de espadas son sencillamente espectaculares. Particularmente, la última.
- SONATAS (Ramón del Vallé-Inclán). Las ficticias memorias del marqués de Bradomín, «feo, católico y sentimental», en las diferentes etapas de su vida, representadas por las cuatro sonatas equivalentes a las cuatro estaciones del año (primavera, estío, otoño e invierno). El lenguaje sometido a contorsiones que conforman un idioma diferente a cualquier otro. Para leer con la boca abierta de asombro. ¿Cómo puede escribirse así…?
- LOS TRES MOSQUETEROS (Alejandro Dumas). Las trepidantes aventuras de D´Artagnan, Athos, Porthos y Aramis en la Francia de Luis XIV y el malvado Cardenal Richelieu. Muchas escenas memorables, como cuando se conocen los cuatro protagonistas, y sellan su amistad, o la de la ejecución de la malvada Milady de Winter. Lees, lees, y no puedes parar de leer. Altamente adictiva. Generaciones y generaciones de lectores lo han probado con idéntico gusto. Y lo que le queda…
- EN LA CARRETERA (Jack Kerouac). Uno de los manifiestos beat de finales de los años 50 del pasado siglo, y tremendamente influyente en la contracultura de los 60, en personajes tan destacables como un tal Bob Dylan. Si hay un libro que defina la libertad, seguramente es éste. Y un ser libre, ése es Dean Moriarty.
- GUERRA Y PAZ (Lev Tolstoi). Abarcar «Guerra y Paz» es como intentar abarcar la Capilla Sixtina, la discografía de Bob Dylan, la filmografía de John Ford, o, en términos de la naturaleza, el Everest y la fosa de las Marianas. Colosal, imponente, genial. La historia de personajes inventados y reales, en los tiempos de la invasión napoleónica a Rusia, contada desde la inigualable calma olímpica de otro coloso del pensamiento humano, Lev Tolstoi.
- ÚLTIMAS TARDES CON TERESA (Juan Marsé). La historia de muchas historias: una pasión entre dos jóvenes de esferas sociales muy diferentes, la de una Barcelona y una España del franquismo que hoy parece muy lejana, pero que fue dolorosamente real. La mirada de Marsé llega a eso, y mucho más. Uno de los mejores libros españoles del siglo XX, probablemente.
- DE AMOR Y DE SOMBRA (Isabel Allende). Preciosa historia de amor y aventuras, donde lo imposible se convierte en posible, en la tenebrosa época de la dictadura de Pinochet. El estilo invisible de Allende conduce la historia con suavidad, pero implacablemente. Conmovedora en muchos pasajes.
- EL PADRINO (Mario Puzo). La conocidísima historia de la familia Corleone, que fue llevada posteriormente al cine por Francis Ford Coppola (en la parte primera, y en la segunda, donde se narra la infancia de Vito en Little Italy, el barrio italiano de Nueva York). Inauguró un género, el de los gánsteres de origen italiano, y nunca ha sido superada. De una profundidad psicológica sorprendente para lo que en principio iba a ser un best-seller. Como en ocasiones, complemento perfecto para entender la película, y viceversa.
- LA MAR ES MALA MUJER (Raúl Guerra Garrido). Una historia de pescadores vascos, de Trintxerpe, en las aguas de Terranova, cuando la pesca era un oficio que daba de comer a mucha gente de la zona. El conflicto generacional entre el instinto del viejo pescador, y la tecnología de la nueva generación. Inolvidables la escena del pulso, y algunas otras a bordo, como la que supone el nudo dramático entre los dos protagonistas, y su traumático desenlace. El final reconforta con el mundo, el de antes.
- CIEN AÑOS DE SOLEDAD (Gabriel García Márquez). La historia de la familia Buendía, un torbellino huracanado que arrastra a lo largo de décadas durante varias generaciones, combinando fantasía y realidad. Un gran cuento, un libro que hay que leer al menos una vez en la vida. Merece la fama que tiene.
(continuará…)