De liebre…
Una vez más. Como el año pasado, en la 15 K de Donostia, la Clásica, que es como popularmente se conoce (https://15ksansebastian.com/)…
¿Qué es ser una liebre? Creo que es bastante conocido, pero por si acaso, vamos a verlo. Según la RAE, en su segunda acepción de la palabra, una liebre es:
«En atletismo, corredor que en las pruebas de media y larga distancia se pone en cabeza para imponer un ritmo determinado al resto de los participantes» (https://dle.rae.es/liebre?m=form).
En «Vida y maratón, maratón y vida. 42,195 kilómetros de aprendizaje» (https://www.vidamaraton.com), refiriéndome al ámbito de las carreras populares, defino la liebre de forma similar: «corredores de la organización que marcan determinados ritmos».
Una definición quizá más escueta, pero que define bien el cometido de la liebre.
Las liebres son necesarias porque son de mucha ayuda para los corredores que quieren seguir un ritmo de manera uniforme. Sin preocuparse de mirar el reloj y controlar ritmos, sólo de dar zancadas (lo que no es poco…). Son una buena referencia, en cualquier caso, siempre que realicen de forma correcta su trabajo. Porque en ocasiones se despistan, o les puede el ego y corren más de lo que deben…o tienen algún percance, mal día o lesión, y no pueden terminar la carrera o marcar el ritmo que debían.
Ser liebre es una experiencia muy bonita, muy gratificante. Ayudar a otros corredores supone una satisfacción difícil de explicar. Es algo diferente a correr tu propia carrera, luchar por tus propios objetivos. Es, en pocas palabras, darte a otros. Que, generalmente, muestran su agradecimiento de forma muy calurosa, sobre todo en meta. También, y lo sé por experiencia, es importante tranquilizar a los inquietos. ¿Vamos bien? ¿No vamos un poco rápido? ¿No vamos un poco lento…? Tranquilidad, está todo controlado, llegaremos a tiempo…
En fin, este domingo, en la 15 k, marcaré un ritmo aproximado de 4:36, para realizar la carrera en un tiempo de 1:10:00 h. Ahí estaremos, ayudando otro año más.
De liebre…